viernes, 30 de abril de 2010

Algo pendiente


Cuando nacemos es algo tan inesperado para nosotros, pues nadie nos preguntó si estábamos de acuerdo o ¿si?, pues es algo que planeado o no por nuestros padres ocurre, yo espero haber sido la niña más esperada, quiero aferrarme a esa idea. Y si es así entonces entramos en este mundo por algún motivo, desconocido en ese momento. En realidad no tenemos idea de lo que venimos hacer pero conforme vamos creciendo nos hacemos preguntas como ¿es que estamos aquí por algo? Y es ahí donde empiezan las cosas o situaciones pendientes en nuestras vidas. Me pregunto si muchos de nosotros hemos volteado a decirle a mamá o papá lo maravillosos que han sido de traernos a este mundo por tan malo que éste nos parezca, pues ese es un ejemplo de lo mucho que yo tengo pendiente. En la escuela o universidad cuantas cosas podríamos llamar a la memoria de cosas o ideas que han quedado solo en nuestros pensamientos y no hemos logrado realizar tal vez por timidez y nos quedamos pensando: ¿por qué no lo hice?, ¿por qué no lo dije? y nos hemos pasado horas recriminándonos, pero igual eso quedó pendiente. Si nos vamos por otros lados cuantas veces nos hemos quedado callados ante un abuso o ante algún tipo o tipa que dijo algo inapropiado, no por cobardía, sino porque la situación se presentó así y luego insisto que nos pasamos horas preguntándonos: ¡Hey, porque no lo puse en su sitio, o sea en la basura!
No puedo dejar de mencionar el día que alguien nos declara su amor y mucho de nosotros nos quedamos mudos y luego totalmente arrepentidos decimos: ¡Dios! pude aunque sea sonreír, o tal vez somos nosotros quienes queremos decirle algo a esa persona especial y no nos atrevemos, claro luego lo vemos a ese ser especial con otra u otro y encima nos quejamos.
También hay esas oportunidades que solo se presentan una vez, esas que uno tiene que decir si o no en un minuto y es ahí donde mientras pensamos. Pues la oportunidad pasó y no hay vuelta que darle.
Este tema lo abordo por una curiosa conversación con mi gran amigo Ángel, quien estuvo en Perú hace un par de meses, un gran tipo como pocos que aun existen, con quien pasé momentos muy agradables que hoy comentábamos, él ahora está en España. En uno de esos días llegó la penosa despedida. Yo ya lo hacía volando a miles de Km de aquí, cuando de pronto tocan a mi puerta y era él, yo sorprendida le pregunto: ¿qué pasó? y solo atinó a decirme: Noris, tenemos algo pendiente.